Las compañías del sector de telecomunicaciones se preguntan también cual puede ser su papel en la agenda medio ambiental. Es cierto que los avances en las telecomunicaciones llevan ya años aportando su granito de arena contra el cambio climático: la banda ancha y los servicios de videoconferencia ahorran no pocos viajes de avión a directivos empresariales de todo el mundo, por no hablar del correo electrónico, herramienta de comunicación de negocios por excelencia en este mundo digital.
El papel que han jugado las telecomunicaciones en la globalización ha sido fundamental, como también lo ha sido en la creación de una conciencia medioambiental global. Internet ha sido y continúa siendo el canal de comunicaciones a través del cual se difunden iniciativas de carácter verde, que, en muchas ocasiones, no pueden acceder a los canales habituales de información.
Otra aportación de las telecomunicaciones a la preservación del medio ambiente es el teletrabajo. Internet y el correo electrónico han hecho posible que determinados trabajos puedan ser realizados desde el propio domicilio, en las mismas condiciones que si el trabajador estuviera en un puesto de oficina.
Al tratarse de una modalidad incipiente, son aún escasos los estudios que determinan los efectos concretos del teletrabajo, pero es evidente que los ahorros que aporta son múltiples: en desplazamientos y en consumo de combustible, y, para la empresa, ahorro en el recibo eléctrico y calefacción, al poder disponer de instalaciones más reducidas.
Hacer posible la oficina sin papel es otro de los logros medioambientales que el sector de las telecomunicaciones comparte con el de Tecnologías de la Información, a partes iguales.
Hoy día, el correo electrónico ha sustituido en muchos sectores al correo ordinario y al fax, con el correspondiente ahorro de toneladas de papel. Ahora, todo tipo de documentos digitalizados transitan por la red sin llegar nunca a tener una versión impresa. Son muchas las compañías que añaden a sus correos como posdata el mensaje de No imprimir salvo que sea absolutamente necesario.
Como una iniciativa más dentro de la filosofía de oficina sin papel, se encuentra el fomento de la facturación electrónica, y en esto las empresas de telecomunicaciones han sido pioneras. Las operadoras llevan años tratando de que sus abonados se pasen a la e-factura. Con un mensaje fundamentalmente verde –y también con incentivos más tangibles–, tratan de convencerles de que renuncien a recibir mensual o bimensualmente sus facturas por correo postal y pasen a recibirlas por correo electrónico. Avanzar en esto es claramente conservacionista, aparte del ahorro en papel y costes de impresión considerable para el operador.
Lo que subyace en iniciativas tales como la e-factura es una estrategia que persigue involucrar al usuario en la realización de una serie de tareas administrativas, hasta ahora llevadas a cabo por la empresa de telecomunicaciones, que pueden a medio plazo suponer un ahorro sustancial de recursos. El mensaje medioambiental puede convertirse en el elemento que finalmente impulse al consumidor a realizar por el mismo gestiones que siempre ha entendido eran obligación de su proveedor.
Si el cliente está dispuesto a autogestionarse a través de Internet (a través de la actualización de datos personales, los cambios en domiciliaciones o de domicilio, y la ampliación o reducción de servicios, entre otras cosas), esto repercutirá en un ahorro de recursos: reducción de la dependencia del call center, con disminución del equipamiento, y del consumo de energía, etcétera.
Desde el punto de vista de la gestión interna del operador, toda medida que contribuya a hacer más eficientes los procesos de producción puede ser bienvenida como amigable para el medio ambiente. Aquí destacan esfuerzos como la externalización de procesos o de integración de aplicaciones; la utilización de servicios gestionados; la reutilización de recursos hardware/de infraestructura; y la contratación de proveedores con presencia local, que evitará multitud de viajes de equipos de desarrollo.
Iniciativas de cara al futuro
Éste es el mejor momento para que operadores que aún no han desplegado servicios como el de la e-factura lo hagan, y para que aquellos otros que ya lo han hecho, den pasos adelante en su estrategia verde e involucrar a sus abonados en el ahorro de recursos.
Hay una opinión pública favorable a las iniciativas medioambientales, lo que está siendo aprovechado por las empresas energéticas para convertirlo en un mensaje de márketing para captar o retener clientes. Consumidores preocupados por el medio ambiente están abiertos a las energías renovables, y pueden estar dispuestos a pagar un plus por ello. En un momento en que parte de la oferta de telecomunicaciones se está convirtiendo en una commodity, las empresas del sector pueden encontrar en el mensaje medioambiental un elemento diferenciador.
Para los próximos años, podemos ver empresas centradas en la captación de un determinado nicho de mercado, que es el del consumidor altamente concienciado con el medio ambiente.
Fuente: Expansión Publicado el 29/07/2008, por José Alba Aparicio